Sostenibilidad, eficiencia energética y economía circular son términos íntimamente ligados entre sí y que son vitales en la era del cambio climático y la transición energética. La sostenibilidad implica el desarrollo de las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. Como sostiene Andreas Engelhart, CEO de Schüco Intenational KG, para Schüco “la sostenibilidad no es una moda, sino una actitud”.

El hecho de que las ciudades y comunidades sean sostenibles, significa que a lo largo de su vida útil éstas no consuman más recursos que los estrictamente necesarios. El mayor ahorro en energía que puede hacerse es aquella que no se consume. La utilización de materiales que por sus propiedades físicas contribuyan en esta reducción energética, ayudará en la consecución de la neutralidad del clima y la reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero.

La economía circular es la clave en la consecución de la sostenibilidad. Ésta busca la reutilización y reciclado de los materiales el mayor número de veces posible y así generar la menor cantidad de deshechos que perjudiquen al medioambiente.

“Los edificios son el stock de las materias primas del futuro”, se asegura desde Schüco.

Ventanas de PVC sostenibles para construcción industrializada

Todos los sistemas de ventanas de PVC desarrollados por Schüco, llevan la etiqueta VinylPlus que está reconocida por los principales sistemas de certificación de edificaciones sostenibles (BREEAM, LEED, DGNB, etc).

En la Comunidad Valenciana, el estudio de arquitectura BC1 Arquitectura inició este camino hace ya unos años. En su búsqueda de la optimización del proceso constructivo, desarrolló un sistema de construcción industrializada cuyo material base y núcleo del concepto arquitectónico es el contenedor metálico. Utilizan el contenedor ‘High Cube’, cuyas medias externas son: 12,19 m (L) x 2,44 m (An) x 2,89 m (Al).

Todo comienza con la selección de los contenedores desechados para su trabajo habitual, teniendo en cuenta sobre todo el estado estructural de los mismos. Dependiendo del diseño final de la vivienda, ésta estará formada por varios contendores jugando con su disposición y volumetría.

El trabajo inicial se desarrolla en una nave, que proporciona los beneficios de no estar sujeta a las inclemencias del tiempo, por lo que los procesos están controlados y medidos en el tiempo, ejecutándose la vivienda entre 4 – 5 meses. A su vez permite trabajar siempre en planta baja, de forma que el operario puede llegar de forma fácil y accesible a todo tipo de remates, haciendo de esta forma que el resultado final sea de gran calidad.

El peso de cada contenedor construido suele oscilar entre las 11,5 – 12 T, por lo que es una construcción muy ligera. Su ensamblado se realiza mediante unión soldada, lo que aporta estabilidad y rigidez al conjunto final.

El aislamiento perimetral utilizado, generalmente está compuesto por una lámina termo-reflexiva y poliestireno extruido (XPS), mientras que las soleras o forjados están formadas por hormigón reforzadas con fibras.

Perfilería de baja transmitancia térmica

La carpintería exterior que se utiliza está formada por perfiles de PVC de la serie CT70AS de la marca Schüco. Su característica principal es que en una profundidad de tan sólo 70 mm se alojan 5 cámaras obteniéndose una transmitancia térmica de 1,3 W/m2K, por lo que es muy eficiente desde el punto de vista térmico. Esta carpintería es suministrada por el colaborador de Schüco en la zona (Aluminios Alucarsa).

Para alojar lacarpintería, han desarrollado un bastidor de perfiles tubulares de acero que va desde el suelo hasta el techo, rigidizando la pared del contenedor en el que se encuentra el hueco de la ventana, consiguiendo que todo esté integrado y trabaje colaborativamente.

La fachada puede ser acabada con un SATE o bien ser una fachada ventilada, según las exigencias del cliente final.

Con la configuración expuesta, la edificación consigue una clasificación de eficiencia energética ‘A’ según el CTE.

La tendencia es la de ir incorporando progresivamente aislamientos ecológicos que garanticen aún más lasostenibilidad de lasconstrucciones, al igual que la inclusión de membranas de hermeticidad que, con el preceptivo ensayo blower – door, certifique que cumpla las exigencias del nuevo CTE, contribuyendo aún más a la reducción de la huella de carbono.

La vivienda está equipada con aerotermia y lleva preinstalación de paneles fotovoltaicos. Su precio de venta suele rondar entre los 1400 – 1500 €/m2, dependiendo de los acabados y calidades.

¡Schüco apuesta por la sostenibilidad!