Durante el pasado año, ciudades como Madrid y Valladolid vivieron más de 30 jornadas de restricciones al tráfico debido a episodios de alta contaminación, aseguran fuentes de Danosa. “Sin embargo, estos niveles de contaminación en las urbes no solo son provocados por la ausencia de precipitaciones o el crecimiento exponencial del tráfico rodado, sino también por el elevado número de viviendas ‘depredadoras de energía’”.
Más de la mitad de los edificios de España superan los 40 años, por lo que no se ajustan a ninguna reglamentación sobre condiciones térmicas y energéticas adecuadas para la habitabilidad y, por tanto, carecen de un aislamiento térmico apropiado. Esta carencia los convierte en ‘depredadores de energía’, según la última guía editada por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Materias Aislantes (Andimat).
De la última actualización de la estrategia española para la rehabilitación energética de edificios se desprenda que cerca de un tercio de las emisiones contaminantes lanzadas a la atmósfera proceden del consumo de energía en hogares y edificios, aseguran fuentes de Danosa.
Ésta es una de las razones que ha llevado al Parlamento Europeo a acordar recientemente la necesidad de establecer una normativa comunitaria de eficiencia energética que garantice la descarbonización de los edificios en la Unión Europea antes de 2050. Por tanto, antes de esta fecha los Gobiernos europeos tendrán que desarrollar estrategias nacionales y detallar inversiones para la renovación de los edificios con el fin de reducir las emisiones entre un 80 y un 95% respecto a los niveles de 1990, según el acuerdo preliminar.
Un adecuado aislamiento reduce un 65% el consumo de energía
Estas obras de reforma y rehabilitación que promueve la Unión Europea “deben centrarse, entre otros factores, en reducir el consumo de energía”. Para ello, es muy importante un aislamiento térmico adecuado que, aparte de reducir hasta más de un 20% las emisiones, pueda también contribuir a lograr una mayor eficiencia económica, ya que con tan sólo aislar las cubiertas y las fachadas se puede ahorrar hasta el 65% de energía de los edificios. Un dato importante teniendo en cuenta que por cada grado que se mueve el termostato la factura eléctrica se encarece un 7%.
Otras soluciones con efectos descontaminantes y también estéticos son las cubiertas ajardinadas. Una tendencia al alza que integra vegetación en los edificios y que puede llegar a revalorizar viviendas y hoteles hasta un 12%, según estimaciones de Danosa. Estas cubiertas capturan los gases contaminantes y nocivos, estabilizan las condiciones térmicas del edificio, rebajan las temperaturas en verano, generan sombra, regulan mejor el drenaje y evacuación de aguas pluviales.