Deceuninck ha anunciado la puesta en marcha de la ampliación de la planta de reciclaje en Diksmuide, Bélgica, una línea de alta tecnología que permitirá a Deceuninck reciclar hasta 45.000 toneladas de PVC por año.
El material para reciclar se obtendrá de la recolección de residuos post industriales (residuos propios y de los clientes), así como de la enorme cantidad de ventanas de PVC de entre 30 a 40 años de antigüedad que se reemplazan gradualmente. A partir de este material se fabricarán nuevas ventanas que contarán con las mismas prestaciones y características que las fabricadas originalmente.
Con el objetivo de seguir trabajando bajo una industria de economía circular, Deceuninck fomenta que todos sus fabricantes e instaladores colaboren y unan esfuerzos en los procesos de reciclaje. Algunos de los materiales que se pueden reciclar y recuperar son perfiles de PVC de fábrica, ventanas, puertas, cajones de persianas de PVC, perfiles de revestimiento en PVC, etc.
Gracias a la ampliación de la planta de reciclaje, con una capacidad de hasta 45.000 toneladas de material reciclado, se pueden conseguir diferentes objetivos:
- El ahorro de 2,3 millones de ventanas desechadas o incineradas al año.
- La reducción de emisiones de CO2 equivalentes a 90.000 vuelos de ida y vuelta entre París y Nueva York.
- La reducción del consumo energético. El PVC reciclado consume un 90% menos de energía que la necesaria para obtener PVC virgen y, además, el PVC se puede reciclar más de 10 veces sin pérdida de capacidad mecánica, con una esperanza de vida de 35 años. El ciclo de vida potencial de los materiales en PVC alcanza los 350 años.
Con esta inversión, Deceuninck confirma su creencia en el PVC como un material sostenible y de futuro para la industria de la construcción. Gracias a su baja conductividad térmica, los perfiles de ventanas de PVC ofrecen una excelente eficiencia de aislamiento térmico, además de unos niveles bajos de consumo de energía y emisiones de CO2 durante su vida útil, así como durante la producción y el reciclado.
Por otro lado, y gracias a su alta capacidad de reciclado, el PVC puede reutilizarse sin pérdida de calidad. Además, según las estimaciones de VinylPlus, por cada kg de PVC reciclado, se ahorran hasta dos kg de CO2. La ampliación de la planta de reciclaje de Deceuninck, por lo tanto, permitirá ahorrar más de dos millones de ventanas por año que, si no fuera por la compañía, muy probablemente se incinerarían y generarían una gran contaminación.
Francis Van Eeckhout, CEO de Deceuninck explica los motivos de la empresa: “Esta inversión subraya la ambición ecológica tanto de Deceuninck como de nuestros clientes. El uso creciente de materiales reciclados reducirá aún más la huella ecológica de nuestros productos y de nuestros procesos de producción. Además, disminuirá la dependencia de la oferta de material virgen y mitigará, en cierta medida, el efecto negativo de los precios fluctuantes de la materia prima”.
Como último punto importante, destacar que la última tecnología desarrollada en la instalación permite a Deceuninck reciclar perfiles de PVC de todos los colores y de todas las composiciones, incluidos los perfiles que contienen fibra de vidrio. Durante el proceso de reciclaje todos los contaminantes se eliminan, se muelen y se clasifican por color. Después de la granulación, el material reciclado, que es una alternativa perfecta al material original, se utiliza para la extrusión de nuevos perfiles de ventanas de PVC.